Las consecuencias de la pandemia no tienen fin. Las distancias son si cabe más grandes. Viajar se ha convertido en una carrera de obstáculos. Lo que antes era sencillo y rutinario, ahora ya no lo es tanto. El desplazarte, comprarte un billete de avión, volar y aterrizar en otro país se ha convertido en una misión imposible. ¡Si ya es difícil salir a hacer la compra! ¿Cómo plantearse viajar a otro país? Si vives en el extranjero o lejos de los tuyos es probable que esta nueva realidad te confunda, te desestabilice… duela.
El mercando laboral también ha cambiado. Las contrataciones se han frenado, los despidos crecen y el trabajo online desde casa se impone (para algunos claro, los que pueden trabajar desde casa).
La preocupación por el bienestar de tu familia y tus seres queridos aumenta. El querer estar más cerca se convierte en una necesidad y empiezas a dudar a cerca de tu vida. La muerte se hace real al igual que la enfermedad y las pérdidas.
Tu salud mental, la eterna olvidada, se resiente. La fatiga empieza a pasar factura. Al tener que pasar muchas horas en tu casa se une el estrés por tener que gestionar tu vida desde la silla de tu cocina. Las preocupaciones por un futuro incierto conviven con un presente marcado por las carencias por la falta de contacto social, de caricias y de relaciones. ¿Qué hacer ante este panorama?
Si eres migrante o expatriado, con el coronavirus tu vida puede que haya cambiado especialmente, tus preocupaciones se han multiplicado y te surgen dudas existenciales. Con un presente plagado de restricciones y una visión borrosa del futuro, recurrir a los recuerdos de un pasado mejor te alivia.
Echas de menos lo que era, lo que ya no es. Echas de menos una vida en la que no existía el coronavirus. Esa vida anterior en tu país de origen con tus seres queridos, en las terrazas, con abrazos y despreocupaciones donde todo era mejor. Es entonces cuando te planteas ¿Me quedo o me vuelvo?
Ese mundo sin pandemia es un recuerdo seguro al que quieres volver. Entrañable. La verdad es que ese recuerdo seguirá vivo en ti, pero no es la realidad del día a día, de la actualidad. Por lo que para tomar decisiones es importante reconocer las cosas tal y como son, no como nos gustaría que fueran.
Sin embargo dentro de estas limitantes circunstancias, todavía tienes cierto poder de decisión. Tu actitud cuenta, tus decisiones también. Ante este contexto de cambio descontrolado, puede que busques cierto control. Puede que necesites cambiar algo. Puede que estés pensando en cambiarte de casa, de ciudad, mudarte a un pueblo u a otro país diferente, puede que deseas cambiarte de trabajo o que desees introducir una nueva rutina o práctica diaria. Tal vez te plantees realizar un trabajo interior para que no te afecte tanto las opiniones de los demás o tomar más consciencia de tus deseos.
Sea cual sea el susurro que escuchas en tu mente. Sientes que hay una voz que te habla. Sin embargo con todo el ruido que te rodea es difícil escucharla.
Hay un bloqueo. Una inacción. Un mirar para otro lado.
Te propongo experimentar un ejercicio para ayudarte a ver con más claridad y poder tomar decisiones. Aunque la decisión sea que de momento no vas a hacer nada, lo importante es poder escucharte. Saber qué es lo que quieres o te gustaría que fuera.
Plantar una semilla en forma de sueño, esperanza u objetivo. Lo que sea que necesites justo en este momento.
Cuando estés lista te invito a que te sientes cómoda y cierres los ojos.
Toma tres respiraciones profundas. Inhala y exhala por la nariz.
Vamos a hacer un ejercicio de visualización.
De una forma casi inconsciente al igual que al soñar, al imaginar conectamos con deseos reprimidos, escondidos o ignorados. El poder ver tu película puede que te conecte con una posibilidad de tu agrado o con una idea que rechazas.
Lo importante es que puedas reconocer tu propia historia, ser la verdadera protagonista de tu película y de tu vida. Haciendo convivir tus deseos con tus posibilidades. Una vez que esa idea se haya hecho consciente empieza otro trabajo. El de organización, planificación, preparación o de aceptación. No hay prisa, pero asegúrate que sigas la dirección que buscas, que transitas tu camino. A tu ritmo. Paso a paso.
Cualquier comentario o duda, te leo, te escucho, te acompaño.
Soy Lorena, Psicóloga y Psicoterapeuta Online emigrante.
Desde 2013 acompaño a migrantes , expatriados y viajeros de cualquier tipo en su camino.
www.instagram.com/lorena_psicologa_online
www.lorenasanchezpsicoterapia.com
www.facebook.com/spanishpsychotherapyindublin